27 de agosto de 2014

Work it, work it... housework it

Every now and then put on some knee pads and give floors a hands-and-knees, soap-and-water clean the old (fashioned) way. "My grandmother taught my mom, who then taught me, that the best only way to really clean a floor was to get on your hands and knees, and scrub it." - ThingsYour Grandmother Knew (... and you wish you did it, too!)


"My grandmother taught my mom, who then taught me, that the best only way to really clean a floor was to get on your hands and knees and scrub it.

When you get on your hands & knees and scrub, not only do you see every spot & hair on the floor, but working at that level you automatically see (and then clean) the baseboards, bottom edges of the cabinets etc. And when you stick your (gloved if you prefer) hands in the water, you are much more aware of when you need a fresh bucket of soapy water. Mops are for spills, and quick passes of where the muddy dogs ran in.

It may seem contrary to those who have grown up with the bucket & mop, but scrubbing floors on your hands & knees is more efficient and economical too. Not only do you clean better but you give yourself a great upper body work out as well. Every single girl who worked as a Merry Maid discovered their arms, chests and even their legs firmed up as a result of scrubbing floors the old fashioned way.

And so I submit to you, dear reader, just another reason why grandma never would have dreamed of paying for a gym membership.

Some prefer the modern strap-on kneepads, but I prefer the good old fashioned rectangle kneepads. They are easier to clean, so you can use them in the garden too. And, because they are truly one-size-fits all, your kids -- no matter what size -- can use it too. You should be teaching your kids how to properly clean; it's something they should be learning."


"I use my own solution of water and vinegar that I put in a spray bottle, spraying as I go, switching out with my new BFF...Meleluca. The floors feel CLEAN, CLEAN and I love the smell of Meleluca! Here is a link to Meleluca if you're interested. Here's to chemical free cleaning!"

19 de agosto de 2014

La bruja de cocina, cultivadora de la magia sencilla y ancestral


La bruja de cocina, cultivadora de la magia sencilla y ancestral


Antes hemos hablado del concepto de bruja verde, el cual hace referencia a la persona que cultiva una de las tradiciones de brujería natural al utilizar el poder de las plantas y su conexión con la Tierra para su arte. Ahora es turno de conocer un poco acerca de las ya famosas brujas de cocina. El término no deja espacio para la duda, pues,en efecto, este tipo de bruja hace de su cocina el espacio ideal para la magia. Pero, su trabajo va mucho más allá de la simple preparación de guisos o pociones en un caldero. Alejada del estereotipo, la bruja de cocina centra su práctica mágica en las labores de la vida cotidiana. De acuerdo con su filosofía, su espiritualidad, sacerdocio y magia se sustentan en la creencia de que su espacio vital (su casa o lugar de trabajo) es su templo y cada una de las acciones que emprende forma parte de un ritual que honra a la divinidad. Una bruja de cocina es tan sensible que encuentra lo sagrado en lo mundano y lo honra de manera sencilla, pero muy significativa. Así que atesorará los placeres y enseñanzas que las actividades diarias traerán consigo.
El camino de esta bruja es un sendero espiritual que hace honor a la Diosa en muchas formas, aunque la transformación de la materia es la más característica. La bruja de cocina convierte su hogar en un espacio mágico, siempre bendecido, donde todo es posible, donde se halla el descanso y la sanación. Uno de sus principios es que la comida es sagrada y vivificante; una ofrenda de amor y una expresión de prosperidad. De ahí que dedique su tiempo y esfuerzo mayormente a cocinar.
La brujería de cocina suele ser una práctica muy íntima, casi solitaria, además de autodidacta. Sin embargo, siempre cuenta con el respaldo familiar. Las madres enseñan a sus hijas y así los conocimientos son heredados de una generación a otra. Los objetivos de este tipo de brujería son la protección, la armonía doméstica, el bienestar de los seres queridos y la demostración de gratitud y respeto a los dioses por las bendiciones recibidas. Las herramientas corresponden a los típicos utensilios de cocina, mientras los ingredientes son naturales y han sido elegidos ya sea intuitivamente o en concordancia con influencias planetarias.
La bruja de cocina hace posible la magia con platillos y bebidas creativos (que siempre atienden a las propiedades mágicas y medicinales de los ingredientes, y simbolizan la alquimia transformadora y nutritiva que facilita la vida en el planeta); con los productos de limpieza (que suele elaborar con recetas caseras a base de hierbas y flores); con la decoración y la elaboración de artesanías o de manualidades; con rituales con escobas y el cuidado del jardín, entre otras cosas. Por tanto, puede decirse que la bruja de cocina es elemental y recupera las raíces de la brujería antigua y la magia popular; es pragmática y no está interesada en preparar un complicado montaje para su culto y trabajo mágico. En cambio, lo que sí busca es reconocer la presencia de lo divino en todas las cosas, por más simples que sean.
Crédito de autor: Alanna Luna

Bruja del hogar o fogón, protectora del fuego doméstico que trae bendiciones


Bruja del hogar o fogón, protectora del fuego doméstico que trae bendiciones


Una bruja del hogar o fogón (en inglés, hearth witch) es una clase de bruja doméstica, hermanada con las brujas verdes y de cocina, gracias a sus prácticas de magia cotidiana y hogareña con las brujas verdes y de cocina. La diferencia principal es que este tipo de  bruja toma como concepto central de su práctica mágica el hogar (entiéndase hogar como fogón, chimenea, y también como el corazón de la casa). Ella funge como protectora del fuego doméstico, fuego que en la antigüedad significaba la principal fuente de calor para la casa, el elemento necesario para cocinar los alimentos que nutren a los seres queridos y que garantizaba el buen funcionamiento doméstico. Ésta era una tarea realmente importante, por ello la bruja guardiana requiere de gran madurez espiritual, amor, generosidad, preparación y un alto sentido de responsabilidad.

Actualmente, el hogar o corazón de la morada es un espacio simbólico de la espiritualidad de sus residentes, y es considerado sagrado. En él, la bruja interectúa con lo divino, cobijada por la intimidad de su casa: realiza actividades tales como la meditación, la oración, el ritual y trabajos mágicos de protección y bendición. Además, aquí, convive armoniosamente con la familia y amigos más cercanos. Por tanto, este sitio está dotado de una positiva y muy poderosa energía que se expande a todos los rincones de la vivienda y toca a las personas.

El corazón de la casa de esta bruja es un reflejo de su mundo interior. Generalmente, aquí se coloca un pequeño altar con elementos significativos y que dan la sensación de calor y unión familiar. Gracias a la decoración y el símbolismo de los objetos presentes, se manifiesta la energía, gustos e intereses de los moradores. El cuidado de ese sitio tan importante es tomado por la bruja como una actividad espiritual: Su decoración es entendida como una forma de crear bienestar. Su limpieza y orden tienen connotaciones de purificación y armonía. Cada objeto ahí posee un valor sentimental y un propósito, y no necesariamente deben ser de carácter religioso. Basta con que represente algo para la bruja y los suyos. Por tanto, su colocación debe ser resultado de una profunda reflexión.

La bruja del hogar reconoce como sagradas las actividades del día a día; aprecian constantemente la bendición de cuidar y mantener su hogar. A diferencia de otras brujas domésticas, ella centra su culto en una deidad, particularmente en diosas relacionadas con el fuego, la familia o con la alquimia gestada en el caldero (de hecho, la bruja del hogar siente gran afinidad por las calderas, las cuales son uno de sus emblemas). Algunas deidades femeninas de diferentes panteones, que las brujas del fogón honran, serían: la griega Hestia, la romana Vesta, la celta Bridgid, la egipcia Bastet, la nórdica Frigg, la mexica Chantico, por mencionar algunas.

Conectada con el corazón de su casa, respetuosa de esa santidad que lo rodea, y conocedora de la magia más primigenia, la bruja del fogón alimenta cariñosamente al fuego protector a la vez que revuelve su caldero.
Crédito de autor: Alanna Luna
https://brujasmujeresancestrales.wordpress.com/category/tipologia-de-brujas/

La pequeña bruja escandinava que trae bendiciones durante la Pascua

Una bruja de la Pascua (easter witch o easter hag en inglés, påskkärring en sueco, y pääsiäisnoita, en finés) es la figura central de la tradición escandinava llamada Virvonta o Virpominen, la cual se lleva a cabo durante la Pascua en Finlandia y Suecia. En estos países, durante esa época, las niñas se disfrazan de brujas y, al igual que en la celebración de Halloween, van de puerta en puerta en busca de obsequios, tales como huevos decorados o dulces que guardan alegremente en sus calderos o viejas cafeteras.

En Suecia, la visita de las brujas de Pascua sucede el Jueves Santo, ya que según antiguas creencias de la región, este día las brujas volaban a la isla Blåkulla y celebraban ahí una fiesta. Por su parte, en el oeste de Finlandia, las niñas realizan su recorrido el Sábado Santo (pääsiäislauantai, en finés), ya que antiguamente se creía que en esa fecha las brujas y los malos espíritus (conocidos como Trulli en ese país) recorrían los alrededores haciendo travesuras. Mientras que en algunas otras regiones, la tradición llega hasta el Domingo de Ramos (sukkasunnuntai).

El típico atuendo de la bruja pascual está conformado por coloridos vestidos o faldas largas de apariencia vieja, un delantal, una pañoleta o bufanda en la cabeza (o bien, un sombrero puntiagudo), botas y, como importantes accesorios del traje, se cuentan la escoba, una cesta y una cafetera o caldero de cobre. Algunas brujitas se maquillan la cara de color verde; sin embargo, lo más tradicional es que se pinten cuantiosas pecas y apliquen rubor en las mejillas.

La tradición infantil de vestirse como brujas durante Pascua, se remonta a principios de 1800. Sin embargo, la asociación entre dicha festividad y las brujas comenzó mucho antes: Desde siglos atrás, se creía que ellas volaban a la montaña Brocken para celebrar ritos primaverales, que después serían interpretados por la religión cristina como un aquelarre demoníaco. Allí, se deleitaban con bailes, cantos, deliciosos banquetes y bebidas mágicas que eran servidas en un gran cuerno. La reunión terminaba justo la mañana del domingo. Entonces, volaban de regreso a sus comunidades.

Se pensaba también que, al regresar, las brujas podían quedar atrapadas en las chimeneas. Con el fin de evitar tal situación, la gente purificaba sus chimeneas quemando madera de nueve tipos de árboles de hoja caduca. Los aldeanos mantenían el fuego ardiendo desde el Jueves Santo hasta la mañana de Pascua. Igualmente, para alejarlas, encendían hogueras, disparaban hacia el cielo, así como pintaban cruces en las puertas y en el hocico de su ganado. Tampoco dejaban escobas o rastrillos de jardinería afuera de sus casas, para que las brujas no los usaran en sus vuelos.

En tiempo modernos, estas creencias han adquirido un tono más alegre y positivo. Como se ha mencionado, en Pascua, las niñas se disfrazan de brujas y visitan a sus vecinos para entregarles ramas de abedul y sauce como símbolo de bendiciones para el próximo año y como amuleto contra los malos espíritus. Cada rama está hermosamente decorada con plumas llamativas, listones, flores y papel crepé. Según la tradición, se supone que las ramitas traen buena suerte y salud a las personas quienes las reciben. Al entregarlas, las brujas recitan el siguiente poema: “Virvon, varvon, tuoreeks terveeks, tulevaks vuodeks; vitsa sulle, palkka mulle!” (Sacudo una ramita para que el año que tenemos por delante sea próspero y saludable; ¡una ramita para ti, y un regalito para mí!). Hay algunas otras brujitas que, en cambio, optan por dejar una tarjeta decorada o una “carta de Pascua”. En cualquiera de los casos, los adultos, agradecidos, las obsequian con dulces o una moneda por los favores otorgados.


Las tradiciones escandinavas pascuales mezclan dos antiguas costumbres religiosas: por un lado, un ritual ruso ortodoxo en el que las ramas representaban las palmas con las que se recibió a Jesús en Jerusalén el Domingo de Ramos; y, por otro, una tradición sueca y del este de Finlandia en la que los niños se burlan de las leyendas que advierten sobre la presencia de brujas malas durante el Sábado de Gloria. Sin embargo, incluso ahora, muchas personas siguen mirando en la påskkärring el remanente de la antigua sacerdotisa-bruja que bendecía la tierra y oficiaba alegres ritos para celebrar la llegada de la primavera y el renacimiento de la vida en el planeta.